Real experiences

Hola a todas,
Nací en Barcelona hace unos cuantos años. Tuve una infancia feliz a pesar de tener una discapacidad visual. Pasaron los años y me hice mujer y mientras la vida pasaba, me enamoraba, me sacaba mi carrera, viajaba de aquí para allá... en fin, hacía todo aquello que deseaba. Vivía en casa de mis padres, lo tenía todo, estaba, como se diría, como una Reina. Los años iban pasando y cuando tenía 32 años, un día, sin querer, ofendí a mi familia puesto que les dije: "Os quiero mucho pero, si no soy madre, jamás podré ser feliz". Se quedaron atónitos. Yo en ese momento no tenía pareja y lo que se esperaba de mi, era que me juntara o me casara y, tuviera descendencia. Iba a los restaurantes con mis padres y nos sentábamos en una mesa de cuatro personas y, se me caían las lágrimas y les decía: "aquí falta alguien". Así un día decidí llamar al Instituto Cefer y pese al terrible miedo al ginecólogo, saqué cita. El doctor Marina Avendaño, mi ginecólogo el doctor Javier García-Parra y la doctora Flor Molfino junto con mis padres y mi hermano, son las personas, que con permiso de mi preciosa hija Rebeca, han logrado lo que yo quería; ser madre. El doctor Javier García-Parra, consiguió que se produjera el milagro y con mucho amor y respeto, también mitigó mi miedo al ginecólogo, al menos durante un tiempo. Para mi, no hay nadie mejor. Un ginecólogo como la copa de un pino. Por lo que respecta al doctor Marina Avendaño, elegió a mi donante y, no puedo decir más que "hizo pleno al quince". Mi niña es grandota, rubia, ojos azules, piel blanquita... no sé.. una muñeca, una niña de anuncio. Por lo que respecta a la Doctora Molfino, ella puso la semillita el día que me hicieron la IA y, se sorprenderán; a la primera, quedé embarazada. Mi familia, que estuvo apoyándome ese día y hasta el final. Todos hemos hecho nuestra parte y, un feliz día de septiembre nació mi princesa. Si bien es cierto que no conozco a su padre ni lo conoceré jamás, desde aquí y donde esté le doy las gracias por su acto de generosidad. He hecho inmensamente feliz a muchas personas. Mi hija tiene algo en los ojos que irradia ternura, amor, es cariñosa, buena... en fin. Es lo mejor que he hecho en el mundo y lo volvería a hacer, sobretodo de la mano de todas estas personas y profesionales que he mencionado. Pasé un embarazo estupendo, una cesárea estupenda y pese a lo feliz que estaba, luego vino algo de bajón. Idealicé un montón la maternidad y, supe realmente lo que era una "vida dura". Pese a ello, todo surgía con naturalidad, los días y, sobretodo las noches iban pasando y tras cinco años, me acuerdo con emoción de cada momento que viví en Cefer, durante mi embarazo, las canciones que he inventado para mi princesita, lo mucho que duele y lo maravilloso que te dan. Todo compensa con un "mama guapa", "mama buena", mama te quiero". La duda que podáis tener, dejarla atrás. Dar vida, guiar a una criaturita, ver sus fotos, sus recuerdos y ver como anda contigo el camino de la vida, es lo más bonito del mundo. Siento que me dieron a la niña más bonita del catálogo y a la más princesita de los cuentos. Acabo dando las gracias.
Maria Paz