La transferencia embrionaria: ¿qué es y cómo se realiza?

La transferencia embrionaria consiste en introducir los embriones resultantes de un tratamiento de fecundación in vitro (FIV) en la cavidad uterina de la paciente. La finalidad de esta técnica es que estos embriones implanten en el endometrio y conseguir así el tan deseado embarazo.
En este artículo os explicaremos cómo se lleva a cabo la transferencia embrionaria y las diferentes opciones que pueden haber entre las pacientes.

¿Cómo se realiza la transferencia embrionaria?

La transferencia embrionaria se realiza introduciendo los embriones con un catéter fino a través de la vagina hasta el interior del útero.
Mediante una ecografía abdominal se controla que los embriones sean depositados en el lugar adecuado. Para facilitar la visualización del útero en la ecografía, se recomienda acudir a la clínica con la vejiga llena el día que se va a realizar la transferencia.

Aunque la paciente puede sentir alguna molestia durante el proceso, en la mayoría de las ocasiones se trata de un proceso indoloro. Por eso, lo más habitual es que se realice sin anestesia ni sedación.

¿Qué embriones se transfieren?

Uno de los pasos que más influye en el éxito de los tratamientos de FIV es la selección embrionaria. Elegir para la transferencia el embrión o embriones con más probabilidades de implantar ayudará a conseguir la gestación.
El método más extendido para analizar la calidad embrionaria es la valoración morfológica. Consiste en analizar la apariencia de los embriones a través del microscopio óptico durante los días que están en cultivo en el laboratorio para evaluar su desarrollo.
El embrión o embriones de mejor calidad serán transferidos al útero materno. Los embriones sobrantes de buena calidad serán congelados para ser utilizados en futuros tratamientos.

¿Cuántos embriones es mejor transferir?

En función de las características de cada paciente y de la evolución de los tratamientos previos a los que se haya sometido, se decidirá el número de embriones que se transfieren.
La Ley 14/2006, sobre técnicas de reproducción humana asistida, establece el máximo en tres embriones por transferencia. Sin embargo, gracias a los avances en el campo de la reproducción asistida que han ocurrido en los últimos años, hoy en día lo más común es realizar transferencias de uno o dos embriones y obtener buenos resultados.

Debe valorarse cada caso de manera personalizada para transferir el menor número de embriones posible sin que se vean comprometidas las probabilidades de éxito del tratamiento. De esta manera, se  consiguen evitar las gestaciones múltiples y los problemas asociados a ellas.

¿Cuándo se hace la transferencia embrionaria?

Lo más habitual es realizar la transferencia en el día 3 del desarrollo embrionario o cuando los embriones han alcanzado el estadío de blastocisto (día 5 o 6 de desarrollo).
Cada una de las opciones presenta una serie de ventajas e inconvenientes. El especialista valorará en cada caso cuál es la mejor opción en función de las características clínicas de cada paciente.

Después de la transferencia

Una vez se ha realizado la transferencia, se recomienda permanecer unos minutos en reposo en la clínica. Después de abandonar el centro, la paciente puede seguir su vida normal, pero sin realizar ningún esfuerzo excesivo.
El siguiente paso en el tratamiento será analizar los niveles de beta-hCG en sangre para averiguar si se ha logrado la gestación. Esta prueba se realiza unos 14 días después de la punción o el día equivalente de desarrollo embrionario en el caso de haberse transferido embriones congelados en otro ciclo.
Si quieres saber más sobre la transferencia embrionaria, no dudes en escribirnos un comentario.